Jóvenes abiertos al entorno social

Jóvenes abiertos al entorno social

Educar personas es nuestra razón de ser en St. Paul’s School. Aunque todos queremos la excelencia académica para nuestros hijos, el dominio del mayor número de idiomas, la autonomía, el bienestar, etc., la mayoría de las familias a las que se les pregunta qué quieren que sean sus hijos en el futuro contestan que, sobre todo, buenas personas, con valores.

Esta parte de la formación es esencial y supone empezar con una reflexión por parte de nuestros jóvenes de todo lo que tienen y disfrutan para romper su burbuja y abrirse a otras realidades y personas diferentes. El agradecimiento es la actitud de salida para la acción social y el voluntariado, y también es la actitud que más se retroalimenta, además de la solidaridad, la empatía, la generosidad, la sensibilidad, el respeto, la entrega.

Hace más de diez años que ofrecemos voluntariado en diferentes ámbitos, de manera que los jóvenes puedan escoger dónde emplear su tiempo gratuitamente.

  • Refuerzo escolar con niños en riesgo de exclusión social
  • Salidas de día y de fin de semana con personas con distinta capacidad funcional
  • Acompañamiento a personas mayores
  • Asistencia a niños enfermos y a adultos en residencias

Todas estas tareas voluntarias son una experiencia vital para los jóvenes, que les hacen desarrollar sus capacidades más humanas: empatía, sensibilidad, entrega generosa…, como ya hemos comentado. Además, serán conscientes de realidades ajenas a ellos que les harán reflexionar profundamente sobre el sentido de la justicia, la desigualdad, la igualdad de oportunidades. En definitiva, una visión del mundo más abierta y solidaria.

Educar personas es nuestra razón de ser en St. Paul’s School. Aunque todos queremos la excelencia académica para nuestros hijos, el dominio del mayor número de idiomas, la autonomía, el bienestar, etc., la mayoría de las familias a las que se les pregunta qué quieren que sean sus hijos en el futuro contestan que, sobre todo, buenas personas, con valores.

Esta parte de la formación es esencial y supone empezar con una reflexión por parte de nuestros jóvenes de todo lo que tienen y disfrutan para romper su burbuja y abrirse a otras realidades y personas diferentes. El agradecimiento es la actitud de salida para la acción social y el voluntariado, y también es la actitud que más se retroalimenta, además de la solidaridad, la empatía, la generosidad, la sensibilidad, el respeto, la entrega.

Hace más de diez años que ofrecemos voluntariado en diferentes ámbitos en Bachillerato, de manera que los jóvenes puedan escoger dónde emplear su tiempo gratuitamente.

  • Refuerzo escolar con niños en riesgo de exclusión social
  • Salidas de día y de fin de semana con personas con distinta capacidad funcional
  • Acompañamiento a personas mayores
  • Asistencia a niños enfermos y a adultos en residencias

Todas estas tareas voluntarias son una experiencia vital para los jóvenes, que les hacen desarrollar sus capacidades más humanas: empatía, sensibilidad, entrega generosa…, como ya hemos comentado. Además, serán conscientes de realidades ajenas a ellos que les harán reflexionar profundamente sobre el sentido de la justicia, la desigualdad, la igualdad de oportunidades. En definitiva, una visión del mundo más abierta y solidaria.

Desde hace tres cursos los alumnos de ESO4 también tienen la oportunidad de hacer una acción social durante un trimestre. Aunque en este proyecto la actividad es obligatoria, tienen la ocasión de escoger entre varios servicios comunitarios.

  • Curso y prácticas de premonitor con niños en riesgo de exclusión social
  • Acompañamiento y actividades con personas mayores en su residencia
  • Campañas de sensibilización del colectivo con diferente capacidad funcional y salidas con ellos por el barrio
  • Sensibilización de las personas sin hogar y ayuda en un comedor social
  • “Cuentacuentos” a niños de preescolar y niños enfermos en el hospital
  • “Ayudando niños” colaborando en las clases de Prep

La experiencia demuestra que los adolescentes están a veces más preparados que los adultos para atender con sensibilidad y cariño a las personas más vulnerables. Les aportan lo que son con gran generosidad, creatividad y alegría.  Por otro lado, todos ellos terminan el servicio comunitario comentando lo que han disfrutado y aprendido al dedicar este tiempo a los demás. Valga como ejemplo este testimonio de una alumna que estuvo acompañando a personas mayores antes de la pandemia: “He sentido que les ayudábamos y eso me hacía muy feliz. Ellos sólo querían cariño y sentirse queridos, así que les dábamos la mano, besos y abrazos”

Facilitando estas vivencias esperamos que nuestros alumnos integren unos valores en su vida que les hagan siempre abiertos a las necesidades de los demás y generosos, también con los de su entorno. Esto les hará más felices en todos los ámbitos de su vida personal y profesional.

 

Gloria López-Barrena

Responsable Proyecto Voluntariado